Por Edith Tavarez, escritora mexicana.
Edición de Miguel Contreras.
La imaginación no tiene fronteras, y la literatura es tal vez el mejor ejemplo de ello. A través de este arte hemos escapado de la realidad, explorado mundos imposibles y aprendido a mirar lo cotidiano con otros ojos. Entre todos los símbolos que los escritores han elegido, los insectos, se han convertido en figuras sorprendentes: a veces luminosas, a veces inquietantes, pero siempre con sentido.
La mariposa nos recuerda lo frágil y efímero de la vida; la abeja, la constancia y el trabajo colectivo; la hormiga, la organización paciente; y la mosca, con su zumbido, la muerte y la corrupción. Desde la poesía barroca hasta Katherine Mansfield, desde Borges hasta Monterroso, los insectos nos persiguen como metáforas de lo que preferimos no ver, pero siempre está ahí: el tiempo y lo inevitable.
El insecto y el miedo en la literatura
Puede ser común que los insectos aparezcan en los rincones más oscuros de la literatura fantástica y de terror. Su presencia despierta fobias y repulsión, lo que los hace protagonistas perfectos. Poe en El escarabajo de oro (1843) mezcla misterio y criptografía bajo la figura de un insecto; Lovecraft imaginó criaturas insectoides en relatos como Los que susurran en la oscuridad (1930); y más tarde, el cine de los años cincuenta llenó la pantalla de insectos gigantes que encarnaban los miedos de la era atómica (Them!, 1954).
Insectos y metamorfosis
Entre todas las imágenes, quizá la más inquietante sea la transformación del hombre en insecto. Kafka la llevó a su máxima expresión en La metamorfosis (1915), con Gregor Samsa despertando en un cuerpo extraño. Décadas después, George Langelaan escribió La mosca (1957), donde la fusión de lo humano y lo insecto plantea la pesadilla de perder lo que nos define. En la tradición anglosajona y germánica, los insectos gigantes también han servido para explorar el miedo a lo desconocido: lo diminuto convertido en monstruoso, la fantasía hecha amenaza.
A continuación, se presenta un listado de algunas obras que tienen presente este tópico:
«La metamorfosis» – Franz Kafka (1915)
«Las luciérnagas fantásticas» – José Asunción Silva (siglo XIX)
«El señor de las moscas» (Lord of the Flies) – William Golding (1954)
«Los viajes de Gulliver» – Jonathan Swift (1726)
«La vorágine» – José Eustasio Rivera (1924)
«El silencio de los inocentes» – Thomas Harris (1988)
«La pulga» (The Flea) – John Donne (siglo XVII)
«El escarabajo de oro» – Edgar Allan Poe (1843)
«Cien años de soledad» – Gabriel García Márquez (1967)
«Hombres de maíz» – Miguel Ángel Asturias (1949)
«La cucaracha soñadora» – Augusto Monterroso (cuento, siglo XX)
«El grillo» – Rubén Darío (poema, finales del XIX)
«Las moscas» – Jean-Paul Sartre (1943)
«Souvenirs entomologiques» – Jean-Henri Fabre (1879–1907)
«The Butterfly’s Ball and the Grasshopper’s Feast» – William Roscoe (1807)
Escritores–naturalistas
Algunos autores no se conformaron con usar a los insectos como símbolos; también los estudiaron con rigor. El francés Jean-Henri Fabre, conocido como “el Homero de los insectos”, escribió Souvenirs entomologiques mezclando ciencia y narrativa. Vladimir Nabokov, además de novelista, fue un apasionado lepidopterista (persona que estudia y/o colecciona mariposas y polillas): describía mariposas con el mismo detalle con que creaba personajes. Incluso Azorín dedicó páginas enteras a arañas y hormigas, practicando lo que él llamaba “filosofía de la naturaleza”.
Insectos en la poesía
La poesía ha sabido encontrar lo inmenso en lo mínimo. El haiku japonés de Bashō evoca grillos y cigarras como voces efímeras del verano. Octavio Paz, en Mariposa de obsidiana (1966), convierte al insecto en símbolo erótico y divino. Juan Ramón Jiménez, en Platero y yo, los retrata como parte de la vida sencilla del campo. Y, en México, autores como Elva Macías o Monterroso han sabido mirar al insecto como espejo de lo humano, lo misterioso o lo inevitable.
Insectos en la literatura latinoamericana
En América Latina, los insectos aparecen ligados a lo mítico y lo selvático. En La vorágine (1924), José Eustasio Rivera describe enjambres que devoran todo a su paso. En Cien años de soledad (1967), García Márquez llena de mariposas amarillas el aire alrededor de Mauricio Babilonia, símbolo mágico de un amor imposible. Miguel Ángel Asturias en Hombres de maíz (1949) también recurre a ellos como emblemas de lo agrario y lo sagrado.
Sátira social y política
Los insectos también han servido para burlarse. Desde La cigarra y la hormiga de Esopo hasta las caricaturas de Posada en México, donde los políticos se volvían cucarachas o moscas, el insecto es metáfora de lo pequeño, lo despreciable, lo risible. Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver (1726) ridiculiza sociedades enteras, comparándolas con enjambres.
Del insecto al arte: cine, pintura, cómic y música
Más allá de la literatura, los insectos invaden otras artes:
- Cine: Mimic (1997) de Guillermo del Toro muestra cucarachas mutantes como metáfora del fracaso humano al manipular la naturaleza.
- Pintura: Leonora Varo y Francisco Toledo convirtieron a insectos en seres oníricos.
- Cómics: Spiderman y villanos como The Wasp o The Tick muestran la hibridez entre insecto y superhéroe.
- Música: Un claro ejemplo es la canción tradicional mexicana La cucaracha, donde el insecto representa resistencia y crítica durante la Revolución Mexicana.
Los insectos en el arte mexicano
Leyendo la revista Artes de México, en el número 11 titulado Los insectos en el arte mexicano, se pueden encontrar extractos de obras en las cuales los insectos han servido de inspiración a distintos autores, no solo en la literatura, sino también en otras disciplinas artísticas como la pintura y el cine. La revista muestra cómo los insectos han influido en la creatividad de los artistas, siendo evidencia de una interacción entre el creador y el mundo natural. A través de los fragmentos presentados, se puede apreciar cómo la presencia de los insectos en la vida cotidiana y en la imaginación del autor se traduce en metáforas y composiciones visuales que enriquecen la obra artística y literaria mexicana. Si bien esta revista llegó por pura casualidad a mis manos, ha despertado en mí un gran interés por este tópico que, desde siglos pasados, ha sido inspiración para crear. Una prueba de que, desde lo más simple y pequeño, podemos crear grandes obras.
LOS INSECTOS EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO MEXICANO
Aunque en la actualidad los insectos mexicanos sólo cumplen funciones nutricionales y gastronómicas —han descendido de las esferas divinas y ya no son dioses del amor o de la muerte— los artistas del siglo XX les han devuelto su valor simbólico, como Ruelas, quien expresa en forma melancólica su fascinación y horror ante ellos; Posada, que satirizaba a los políticos representándolos como insectos; Varo, que los convertiría en personajes de narraciones poéticas; Toledo, creador de animales fantásticos; Tamayo, que lo integra al cosmo… Numerosos pintores, y algunos escultores, han demostrado interés por estos extraños seres.
Sylvia Navarrete
TRES POEMAS
I
El balcón enmarca las ramas del ciprés,
un insecto se desliza
por el aspa del ventilador
y el mosquitero es una pequeña nube
que se derrama sobre el deseo.
II
En el brocal del pozo
suavemente doblé mi cuerpo.
Olor de insectos es el pozo,
tan sólo dije ah…
y la humedad arrebató mi voz.
III
Toma esta vez
la voz del grillo que durmió el verano en mis solapas.
Elva Macías
EN EL PRINCIPIO FUE LA MOSCA
La mosca invade todas las literaturas y, claro, donde uno pone el ojo encuentra la mosca. No hay verdadero escritor que en su oportunidad no le haya dedicado un poema, una página, un párrafo, una línea; y si eres escritor y no lo has hecho te aconsejo que sigas mi ejemplo y corras a hacerlo; las moscas son Euménides, Erinias; son castigadoras. Son las vengadoras de no sabemos qué; pero tú sabes que alguna vez te han perseguido y, en cuanto lo sabes, que te perseguirán siempre. Ellas vigilan. Son las vicarías de alguien innombrable, buenísimo o maligno. Te exigen. Te siguen. Te observan. Cuando finalmente mueras es probable, y triste, que baste una mosca para llevar quién puede decir a dónde tu pobre alma distraída. Las moscas transportan, heredándose infinitamente la carga, las almas de nuestros antepasados, que así continúan cerca de nosotros, acompañándonos, empeñados en protegernos.
Augusto Monterroso, Movimiento perpetuo
Es posible que estos autores —y muchos otros aún por mencionar— tuvieran o no conocimientos en entomología. Podemos encontrar en la literatura el famoso tema del insecto gigante, los insectos como un espejo del hombre. Por ejemplo, Azorín, quien dedicó páginas sobre arañas e himenópteros, siendo parte de un género casi extinguido: la filosofía de la naturaleza. Hay autores que fueron aficionados de esta rama, como puede ser el caso del escritor francés Charles Nordier (1780-1844) quien se dedicó en cuerpo y alma al estudio de los insectos. Publicó a los 18 años Disertación sobre el uso de las antenas de los insectos en 1797. ¿Conoces a otros escritores que hayan sido aficionados a esta rama de la ciencia?
En el fondo, lo que revelan todos estos ejemplos es algo simple y profundo: el insecto, que parece insignificante, se transforma en un símbolo poderoso. Representa lo que somos: frágiles, pasajeros, y, a veces, monstruosos. Nos hace mirar lo pequeño de forma diferente. Y nos recuerda que lo irrelevante —una mosca, una cucaracha, una mariposa— puede albergar un universo desde el que podemos crear arte.
| Edith Tavarez, escritora mexicana, es autora de Alrededor de la fogata y Perdida en el tiempo. Sus letras revelan su fascinación por el mundo del suspenso y el misterio. |
Referencias
Azorín. (1913). Las confesiones de un pequeño filósofo. Biblioteca Nueva.
Bachelard, G. (1957). La poética del espacio. Fondo de Cultura Económica.
Bashō, M. (1999). Haiku de las cuatro estaciones (A. Cabezas, Trad.). Alianza Editorial. (Obra original publicada en el siglo XVII).
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Calvino, I. (1988). Seis propuestas para el próximo milenio. Siruela.
Del Toro, G. (Director). (1997). Mimic [Película]. Miramax.
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Fabre, J. H. (1879–1907). Souvenirs entomologiques (Vols. 1–10). Delagrave.
Franco, J. (1994). An introduction to Spanish-American literature. Cambridge University Press.
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Nabokov, V. (2000). Nabokov’s butterflies. Beacon Press.
Navarrete, S. (1991). Los insectos en el arte mexicano (Artes de México, núm. 11). Artes de México/Novartis.
Nordier, C. (1797). Disertación sobre el uso de las antenas de los insectos. París.
Paz, O. (1966). Mariposa de obsidiana y otros poemas. Era.
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Ramos, S. (1934). El perfil del hombre y la cultura en México. Espasa-Calpe.
Rivera, J. E. (1924). La vorágine. Cromos.
Sokel, W. H. (2002). The myth of power and the self: Essays on Franz Kafka. Wayne State University Press.
Swift, J. (1726). Travels into several remote nations of the world [Los viajes de Gulliver]. Benjamin Motte.
